Muy bella y tan sensual como siempre encontramos a Myriam
Hernández, la cantante chilena que viene a Lima a presentar Seducción,
su nuevo disco. Escúchela este 12 de noviembre en el Jockey Club del
Perú. Entradas: Tu Entrada (Plaza Vea y Vivanda).
¿Tu opción musical siempre apuntó hacia las baladas, hacia las canciones de amor?
Me gustaba todo tipo de música. Mi padre era un melómano, y yo era la consentida de la familia pues fui la primera hija, la primera nieta, la primera en varias cosas. Como les encantaba la música, me hacían cantar de todo. Yo siento que, de pequeña, antes que jugar a las muñecas, jugaba a cantar: el cepillo de dientes era mi micrófono. Todos mis juegos se desarrollaban en un escenario y, así, me la pasaba cantando todo el día.
Cantas desde los cuatro años...
Así es. Desde entonces ya me imaginaba como una artista que grababa discos, que viajaba. Siempre tuve en mi cabeza esa idea, era intrínseca a mí. Por eso no me costó, cuando tenía 10 años, subirme al escenario de un festival y ganarlo. Y, lo mejor, les gané a intérpretes que eran mayores que yo.
Imagino que tener tu vocación tan clara desde pequeña ha sido muy beneficioso para ti...
Yo creo que para la música hay que nacer. Y yo nací con esta pasión. Hasta ahora me resulta extraño, a pesar de los melómanos de mi casa, cómo un niño puede ya saber que se dedicará a la música. Por eso, agradezco que el público me haya acompañado en este sueño, que haya comprado mis discos, que los haya escuchado y coleccionado y, sobre todo, que los haya cobijado en su corazón.
Eres una mujer bella. ¿Has sustentado tu carrera en tu belleza o en tu voz?
Muchísimas gracias por llamarme bella. Más allá de que pueda tener una imagen agradable, mi carrera se sustenta en mi profesionalismo. La gente se enamora de mi música más que de mi figura, y te digo esto porque en la radio no es posible ver al intérprete y, si el público queda encandilado con lo que oye, es porque le gustó la voz del intérprete, la letra de la canción.
Ser guapo ayuda un poco, ¿no?
Sí, en el sentido de que a la gente le gusta ver a alguien que se preocupa en lucir bien. Además, como mujer me gusta cuidarme para el público y, también, para mi familia.
Tienes dos hijos, tu esposo es tu mánager. ¿Cómo separas la familia de la música?
Lo importante es la comunicación. Con mi marido hablamos siempre las cosas como son y procuramos pasar mucho tiempo con ellos. He podido ser madre y artista gracias al apoyo de mi marido. Eso sí, en mi casa nunca verás una foto de la artista, todas son imágenes familiares. Eso no significa que haya una doble persona, soy pura esencia.
¿Quieres que el público te idolatre o que sea tu amigo?
Que sea mi amigo. Por eso estoy en las redes sociales (@myriamhn), donde tengo una relación muy horizontal con la gente, nos hacemos bromas, nos contamos anécdotas, somos cómplices. Yo no tengo club de fans sino de amigos.
Has vendido siete millones de discos. Mal no te ha ido...
(Ríe). La vida es muy frágil. Por eso, soy una persona humilde, que solo tiene que agradecer la suerte que ha tenido en la vida. Soy como cualquier otra persona, me alegro por los discos de oro y de platino que he ganado, pero sé que el día que me vaya no me los llevaré conmigo. Solo tendré el regocijo del amor que di y del que recibí.
Eres un personaje múltiple: has sido conductora de Viña, de programas de televisión...
Aquellas experiencias me encantaron, pero fueron anécdotas en mi biografía, pues lo que en verdad me apasiona es la música.
¿Qué quieres comunicar a través de las letras de tus temas?
Quiero ser la voz de las parejas. Yo siempre estoy escuchando a la gente, así me entero de sus necesidades, de lo que sienten en sus relaciones amorosas. Por eso, hay un vínculo tan grande entre el público y yo. Yo no canto para mí, yo canto para la gente.
¿Son buenos tiempos para la canción romántica?
Sí porque, al margen de la moda, de los ritmos pegajosos, el amor no es algo circunstancial. Es un sentimiento que está inserto en los seres humanos. Hoy no se bailan baladas, pero sí se escuchan, sí se dedican. Créeme, el amor no va a pasar de moda.
Llegas a Lima a seducirnos...
Con Seducción quiero atrapar al público a través de la música y sus historias. Me ha ido muy bien pues, a las pocas horas, ya era Disco de Oro; a la semana estaba en Billboard y acabo de ser nominada a Mejor Álbum Vocal Femenino. Estoy feliz, y lo seré más en Perú (ríe).
Si te digo que iré a tu concierto a verte, pero no a escucharte, ¿te molestas?
No, porque sé que quieren verme, que transmito emociones.
¿Tu opción musical siempre apuntó hacia las baladas, hacia las canciones de amor?
Me gustaba todo tipo de música. Mi padre era un melómano, y yo era la consentida de la familia pues fui la primera hija, la primera nieta, la primera en varias cosas. Como les encantaba la música, me hacían cantar de todo. Yo siento que, de pequeña, antes que jugar a las muñecas, jugaba a cantar: el cepillo de dientes era mi micrófono. Todos mis juegos se desarrollaban en un escenario y, así, me la pasaba cantando todo el día.
Cantas desde los cuatro años...
Así es. Desde entonces ya me imaginaba como una artista que grababa discos, que viajaba. Siempre tuve en mi cabeza esa idea, era intrínseca a mí. Por eso no me costó, cuando tenía 10 años, subirme al escenario de un festival y ganarlo. Y, lo mejor, les gané a intérpretes que eran mayores que yo.
Imagino que tener tu vocación tan clara desde pequeña ha sido muy beneficioso para ti...
Yo creo que para la música hay que nacer. Y yo nací con esta pasión. Hasta ahora me resulta extraño, a pesar de los melómanos de mi casa, cómo un niño puede ya saber que se dedicará a la música. Por eso, agradezco que el público me haya acompañado en este sueño, que haya comprado mis discos, que los haya escuchado y coleccionado y, sobre todo, que los haya cobijado en su corazón.
Eres una mujer bella. ¿Has sustentado tu carrera en tu belleza o en tu voz?
Muchísimas gracias por llamarme bella. Más allá de que pueda tener una imagen agradable, mi carrera se sustenta en mi profesionalismo. La gente se enamora de mi música más que de mi figura, y te digo esto porque en la radio no es posible ver al intérprete y, si el público queda encandilado con lo que oye, es porque le gustó la voz del intérprete, la letra de la canción.
Ser guapo ayuda un poco, ¿no?
Sí, en el sentido de que a la gente le gusta ver a alguien que se preocupa en lucir bien. Además, como mujer me gusta cuidarme para el público y, también, para mi familia.
Tienes dos hijos, tu esposo es tu mánager. ¿Cómo separas la familia de la música?
Lo importante es la comunicación. Con mi marido hablamos siempre las cosas como son y procuramos pasar mucho tiempo con ellos. He podido ser madre y artista gracias al apoyo de mi marido. Eso sí, en mi casa nunca verás una foto de la artista, todas son imágenes familiares. Eso no significa que haya una doble persona, soy pura esencia.
¿Quieres que el público te idolatre o que sea tu amigo?
Que sea mi amigo. Por eso estoy en las redes sociales (@myriamhn), donde tengo una relación muy horizontal con la gente, nos hacemos bromas, nos contamos anécdotas, somos cómplices. Yo no tengo club de fans sino de amigos.
Has vendido siete millones de discos. Mal no te ha ido...
(Ríe). La vida es muy frágil. Por eso, soy una persona humilde, que solo tiene que agradecer la suerte que ha tenido en la vida. Soy como cualquier otra persona, me alegro por los discos de oro y de platino que he ganado, pero sé que el día que me vaya no me los llevaré conmigo. Solo tendré el regocijo del amor que di y del que recibí.
Eres un personaje múltiple: has sido conductora de Viña, de programas de televisión...
Aquellas experiencias me encantaron, pero fueron anécdotas en mi biografía, pues lo que en verdad me apasiona es la música.
¿Qué quieres comunicar a través de las letras de tus temas?
Quiero ser la voz de las parejas. Yo siempre estoy escuchando a la gente, así me entero de sus necesidades, de lo que sienten en sus relaciones amorosas. Por eso, hay un vínculo tan grande entre el público y yo. Yo no canto para mí, yo canto para la gente.
¿Son buenos tiempos para la canción romántica?
Sí porque, al margen de la moda, de los ritmos pegajosos, el amor no es algo circunstancial. Es un sentimiento que está inserto en los seres humanos. Hoy no se bailan baladas, pero sí se escuchan, sí se dedican. Créeme, el amor no va a pasar de moda.
Llegas a Lima a seducirnos...
Con Seducción quiero atrapar al público a través de la música y sus historias. Me ha ido muy bien pues, a las pocas horas, ya era Disco de Oro; a la semana estaba en Billboard y acabo de ser nominada a Mejor Álbum Vocal Femenino. Estoy feliz, y lo seré más en Perú (ríe).
Si te digo que iré a tu concierto a verte, pero no a escucharte, ¿te molestas?
No, porque sé que quieren verme, que transmito emociones.
La encuentro muy inteligente en todo lo que ase y aparte es muy giapa
ResponderEliminar...asi kiero una mujer!!
ResponderEliminarEs verdad, Myriam es una de las mujeres chilenas más bellas y sobretodo tiene mucha simpatía e inteligencia. Saludos.
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