El auge económico que en los últimos años ha convertido a Latinoamérica, junto con Asia, en estrella de la economía mundial –mientras los países desarrollados de Europa y Norteamérica tambalean– no basta para tener contenta a su población.
Según el último sondeo de Latinobarómetro publicado en The Economist
muestra que, si bien un poco más de la mitad de latinoamericanos está
convencido del funcionamiento de la democracia en sus naciones, este año
la sensación de progreso retrocedió en 14 de los 18 países estudiados.
Las caídas más acentuadas se han dado en Chile y Brasil.
En el primer caso, en 2010, el 55% de sus ciudadanos afirmaba que su
nación crecía; en 2011, solo el 29%. Entre los brasileños, el
sentimiento de mejora disminuyó de 68% a 52% en el mismo periodo, según
detalla la citada publicación.
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En contraste, Perú es una de las cuatro naciones en las que su población sí cree que hay avance. Así, mientras en 2010 el 40% de sus ciudadanos manifestaba que el país progresaba, en 2011 lo cree el 49%.
En contraste, Perú es una de las cuatro naciones en las que su población sí cree que hay avance. Así, mientras en 2010 el 40% de sus ciudadanos manifestaba que el país progresaba, en 2011 lo cree el 49%.
¿Cuál es la razón para el descontento en la mayoría? Marta Lagos,
directora del Latinobarómetro, explica que, pese al crecimiento de las
economías, la nueva clase media que ha dejado atrás la pobreza percibe que, en realidad, es más difícil ese estatus de miseria.
La calidad de los servicios públicos y el aumento del crimen son sus principales preocupaciones y, frente a estos problemas, observan que sus gobiernos no están gastando adecuadamente los impuestos, anota la especialista.
Para Mercedes Aráoz, exministra de Economía, la situación es natural. “Cuando mejor estás, te das cuenta de que podrías estar mejor”,
indicó, sobre todo –dijo– si se dan contrastes marcados como los que
uno puede ver en las zonas rurales peruanas. “En Ventanilla, por
ejemplo, hay gente emprendedora, que está mejorando su calidad de vida y
accediendo a servicios básicos; pero un cerro más allá hay familias que
no tienen acceso ni a agua potable. El contraste es dramático”, anotó.
¿MENOS DEMOCRÁTICOS?
El estudio también refleja que, como consecuencia del avance del descontento en la región, en algunos países ha aumentado ligeramente el número de quienes preferirían vivir en un gobierno autoritario que en democracia. Mientras que, en 2010, el 15% de peruanos decía que en ciertas circunstancias prefería vivir en autoritarismo, en 2011, un 16% opina lo mismo.
El estudio también refleja que, como consecuencia del avance del descontento en la región, en algunos países ha aumentado ligeramente el número de quienes preferirían vivir en un gobierno autoritario que en democracia. Mientras que, en 2010, el 15% de peruanos decía que en ciertas circunstancias prefería vivir en autoritarismo, en 2011, un 16% opina lo mismo.
Para Eduardo Morón, exviceministro de Economía, este panorama se da porque los ciudadanos ven que no pasa nada con los impuestos que pagan.
“En Chile, por ejemplo, no conciben que, pese a que el país progresa y
hay recursos, la redistribución de riqueza no se dé al mismo ritmo”,
sostiene.
En 2001, cuando el Perú acababa de salir del régimen fujimorista, el 61% de los peruanos consideraba que la democracia era preferible a otros tipos de gobierno. Este año, después de una década de vida democrática, el porcentaje de personas que piensa igual ha bajado a 59%.
Víctor Andrés Ponce,
periodista y analista político, señala que la única explicación para
que la percepción a favor de la democracia haya disminuido es que el Estado y el sistema político en el Perú “han fracasado en todas sus líneas y no han acompañado el crecimiento económico”.
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