Mientras el presidente de Venezuela gritaba a los cuatro
vientos su apoyo al dictador libio, PDVSA producía en los Estados Unidos
combustible para aviones de combate.
Ya es conocida la posición asumida por el presidente de la República
Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, sobre la revuelta iniciada en
febrero contra el régimen de Muamar el Gadafi y la posterior
intervención militar de la OTAN en el país norafricano. Lo que muchos
ignoran es que la compañía estatal venezolana, a través de una empresa
subsidiaria, produce en los Estados Unidos combustible para aviones
militares.
CITGO Petroleum Corporation, una compañía con sede en Houston (Texas)
que desde 1990 pertenece en su totalidad a PDV America Inc., elabora
entre una gran variedad de productos derivados del petróleo el combustible JP-8, un
carburante desarrollado exclusivamente para aviones militares a
reacción que la Fuerza Aérea de los Estados Unidos utiliza desde 1996 y
que la OTAN adoptó en 1978 bajo la denominación F-34.
A pesar de todo su discurso contra “el imperio yanqui” y su retórica
solidaria con Muamar Gadafi, ni Chávez ni PDVSA ordenaron a su
subsidiaria estadounidense que cesara la producción de JP-8, aún a
sabiendas de que al menos parte del mismo podía ir a parar a los
depósitos de combustible de los aviones que llevaron adelante las
misiones de ataque sobre Libia.
Para colmo de males, las autoridades de PDVSA no pueden desmentir esto, ya que en el propio website de CITGO puede verse que su oferta de productos incluye combustible para jet:
Si bien en esa captura no se muestra específicamente qué tipo de combustible para jet produce, en la sección “Material Safety Data Sheets”
(Hojas de Datos de Seguridad de Materiales) puede verse el listado
detallado de los productos de CITGO, más precisamente en el apartado Fuels/Gasoline MSDS, en el que se observa claramente el ítem CITGO Turbine Fuel, Jet JP-8:
Ni
siquiera se puede decir que ese producto puede usarse en aviones de
líneas comerciales, porque el equivalente del JP-8 para aeronaves
civiles es el Jet A o Jet A-1, que en el caso de CITGO se comercializa
con el nombre comercial de CITGO Jet Turbine Fuel, All Grades.
Pero, esto no termina aquí, ya que la gama de productos de CITGO también incluye el F-76 Military Diesel, que
la Armada de los Estados Unidos suele utilizar en motores diésel de a
bordo, turbinas de gas y calderas de sus buques, aunque en este caso
también es empleado en embarcaciones civiles.
Otro detalle interesante a tener en cuenta, durante el primer
semestre de este año, cuando la campaña aérea contra Gadafi estaba en
todo su apogeo, Venezuela aumentó un 49% sus ingresos provenientes de
las exportaciones con EE.UU. comparados con el primer semestre de
2010, gracias en su mayoría a los precios del petróleo, según datos
aportados por la Cámara Venezolano Americana de Comercio e Industria (Venamcham).
¿Podrá Chávez explicar cómo por un lado le pedía a Gadafi y sus
partidarios que sigan resistiendo los ataques de la OTAN, mientras la
propia compañía petrolera estatal venezolana ayudaba- directa o
indirectamente- al esfuerzo bélico del imperialismo que él tanto
aborrece?
Posiblemente apele a su hábil retórica para defender lo indefendible y
justificar lo injustificable, pero en su interior sabrá que, de una
forma u otra, sus manos también están manchadas con sangre de libios.
Fuente: http://wp.me/p1rnF4-XN
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