En medio del pánico, Erika Soria cedió su chaleco salvavidas a un anciano que logró sobrevivir al naufragio. Los restos de la joven de 25 años, que integraba la tripulación del crucero, llegarán este miércoles a Lima.
Erika Soria Molina es la víctima número 17
identificada del naufragio del crucero Costa Concordia, ocurrido el 13
de enero. En la tragedia, también murió el también peruano y miembro de la tripulación Thomas Alberto Costilla Mendoza.
Madeleine, una de las hermana de Erika, tenía indicios de que Erika haría sido una de las más valientes de la tripulación. Algunos de sus compañeros, le contaron que ella estuvo ayudando en la evacuación y luego se subió a una pequeña embarcación. "Pero también nos dijeron que la embarcación estaba muy llena de gente y que todos cayeron al mar", detalló.
Según las autoridades, los restos llegarían a Perú, este miércoles 1 de febrero. "Mis padres dijeron que no regresarían hasta no encontrarla, y lo están cumpliendo", dice Elar, el hermano mayor de Erika, desde el Cusco. Los gastos de repatriación serán asumidos por la empresa de la embarcación, así lo señaló el cónsul de Perú en Florencia (Italia), Manuel Veramendi.
La otra víctima peruana, Tomás Alberto Costilla Mendoza, ya descansa en su ciudad natal, Trujillo. El hombre de 50 años llevaba 17 trabajando para la empresa de cruceros y era supervisor de limpieza.
Madeleine, una de las hermana de Erika, tenía indicios de que Erika haría sido una de las más valientes de la tripulación. Algunos de sus compañeros, le contaron que ella estuvo ayudando en la evacuación y luego se subió a una pequeña embarcación. "Pero también nos dijeron que la embarcación estaba muy llena de gente y que todos cayeron al mar", detalló.
Según las autoridades, los restos llegarían a Perú, este miércoles 1 de febrero. "Mis padres dijeron que no regresarían hasta no encontrarla, y lo están cumpliendo", dice Elar, el hermano mayor de Erika, desde el Cusco. Los gastos de repatriación serán asumidos por la empresa de la embarcación, así lo señaló el cónsul de Perú en Florencia (Italia), Manuel Veramendi.
La otra víctima peruana, Tomás Alberto Costilla Mendoza, ya descansa en su ciudad natal, Trujillo. El hombre de 50 años llevaba 17 trabajando para la empresa de cruceros y era supervisor de limpieza.
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