La nueva edición de la feria Mistura es ejemplo del prestigio de la cocina peruana. Sólo en 2010, los restaurantes peruanos en el exterior movieron 1.500 millones de dólares
Pocos minutos después de abrir sus puertas, los limeños repletaron el recinto donde se celebra la mayor feria gastronómica de América Latina, cuyo crecimiento con respecto a las ediciones pasadas refleja el crecimiento de la cocina peruana en los últimos años.
El boom de los platos peruanos tiene, anualmente, un amplio espacio donde más de 150 restaurantes tendrán el desafío de atender a más de 300 mil personas hasta el 18 de septiembre.
Allí están representados los grandes sitios gourmet de Lima -como Astrid y Gastón, entre los mejores 100 del mundo- pero también los puestos ambulantes que venden los tradicionales anticuchos, unas brochetas de carne de res o corazón.
También es la oportunidad para que las cocinas de provincia se muestren en el exigente mercado de una capital de más de 8 millones de personas que se jacta de su buen paladar.
Y es una vitrina al exterior tan importante que en esta edición la feria contará con las visitas de los principales chefs del mundo como el español Ferrán Adrià (de la Fundación El Bulli), el brasileño Alex Atala y el danés René Redzepi, fundador del NOMA, considerado el mejor restaurante del mundo.
Al lado de los restaurantes, un enorme galpón contiene lo que se denominó El Gran Mercado, que es aprovechado por pequeños productores de Lima y provincia para lanzarse a las grandes ligas locales.
Uno de elos es Rubén Sante Muñoz, procedente de la población de Huaytará, en la sierra central peruana, quien llegó a la capital con el objetivo de hallar algún empresario que se interese en sus yogures y quesos.
"Para nosotros participar en Mistura es todo un desafío. Somos pequeños productores y hay entidades que nos ayudan para poder venir", explicó. Tiene un pequeño stand por el cual pagó 1.200 dólares. "Vale la pena. Si uno quiere figurar tiene que estar aquí", aseguró.
Miles de personas se mueven en medio de una oferta que va desde los ceviches (pescado con limón, cebolla y ají) y la comida nikkei (japonesa de segunda generación) hasta el cerdo a las brasas.
"Son las 11 de la mañana y prefiero almorzar ahora porque después será imposible por el gentío", dijo Rocío Alarcón, una oficinista que pidió el día libre para poder estar en la jornada inaugural de Mistura.
Mistura se convirtió en el símbolo de una gastronomía que, según el Ministerio de Comercio, le dio trabajo directo a 320 mil personas en 2010 en más de 60 mil restaurantes en todo Perú.
Según Pedro Córdova asesor de la Sociedad Peruana de Gastronomía (Apega) "en los próximos 5 años se llegará a unos 100 mil restaurantes y se duplicarán los empleos".
El sector generó, el año pasado, unos 4.200 millones de dólares y en 2011 llegaría a los 5 mil millones. En el exterior, la comida peruana movió 1.500 millones de dólares.
Gastón Acurio, un chef formado en Francia y que es considerado el artífice del boom de la comida peruana, planteó que el fenómeno gastronómico debe convertirse en un multiplicador de riqueza, con un trato justo a toda la cadena de producción, desde el pescador o el pequeño agricultor hasta los grandes chefs, que son verdaderas estrellas en el país.
En esa línea se manifestó, esta semana, el chef Adriá aseguró que "Perú es vanguardia en el nivel gastronómico y está avanzadísimo en utilizar la cocina como un arma social para desarrollar un país".
Esta edición de Mistura está dirigido por el chef local Mitsuharu Tsumura, quien señala que la feria "tiene visión y la filosofía de valorar los productos, más allá de incluirlos en nuestra cocina, lo que nos compromete a investigar y descubrir más, porque nosotros tenemos una tierra bendita".
El boom de los platos peruanos tiene, anualmente, un amplio espacio donde más de 150 restaurantes tendrán el desafío de atender a más de 300 mil personas hasta el 18 de septiembre.
Allí están representados los grandes sitios gourmet de Lima -como Astrid y Gastón, entre los mejores 100 del mundo- pero también los puestos ambulantes que venden los tradicionales anticuchos, unas brochetas de carne de res o corazón.
También es la oportunidad para que las cocinas de provincia se muestren en el exigente mercado de una capital de más de 8 millones de personas que se jacta de su buen paladar.
Y es una vitrina al exterior tan importante que en esta edición la feria contará con las visitas de los principales chefs del mundo como el español Ferrán Adrià (de la Fundación El Bulli), el brasileño Alex Atala y el danés René Redzepi, fundador del NOMA, considerado el mejor restaurante del mundo.
Al lado de los restaurantes, un enorme galpón contiene lo que se denominó El Gran Mercado, que es aprovechado por pequeños productores de Lima y provincia para lanzarse a las grandes ligas locales.
Uno de elos es Rubén Sante Muñoz, procedente de la población de Huaytará, en la sierra central peruana, quien llegó a la capital con el objetivo de hallar algún empresario que se interese en sus yogures y quesos.
"Para nosotros participar en Mistura es todo un desafío. Somos pequeños productores y hay entidades que nos ayudan para poder venir", explicó. Tiene un pequeño stand por el cual pagó 1.200 dólares. "Vale la pena. Si uno quiere figurar tiene que estar aquí", aseguró.
Miles de personas se mueven en medio de una oferta que va desde los ceviches (pescado con limón, cebolla y ají) y la comida nikkei (japonesa de segunda generación) hasta el cerdo a las brasas.
"Son las 11 de la mañana y prefiero almorzar ahora porque después será imposible por el gentío", dijo Rocío Alarcón, una oficinista que pidió el día libre para poder estar en la jornada inaugural de Mistura.
Mistura se convirtió en el símbolo de una gastronomía que, según el Ministerio de Comercio, le dio trabajo directo a 320 mil personas en 2010 en más de 60 mil restaurantes en todo Perú.
Según Pedro Córdova asesor de la Sociedad Peruana de Gastronomía (Apega) "en los próximos 5 años se llegará a unos 100 mil restaurantes y se duplicarán los empleos".
El sector generó, el año pasado, unos 4.200 millones de dólares y en 2011 llegaría a los 5 mil millones. En el exterior, la comida peruana movió 1.500 millones de dólares.
Gastón Acurio, un chef formado en Francia y que es considerado el artífice del boom de la comida peruana, planteó que el fenómeno gastronómico debe convertirse en un multiplicador de riqueza, con un trato justo a toda la cadena de producción, desde el pescador o el pequeño agricultor hasta los grandes chefs, que son verdaderas estrellas en el país.
En esa línea se manifestó, esta semana, el chef Adriá aseguró que "Perú es vanguardia en el nivel gastronómico y está avanzadísimo en utilizar la cocina como un arma social para desarrollar un país".
Esta edición de Mistura está dirigido por el chef local Mitsuharu Tsumura, quien señala que la feria "tiene visión y la filosofía de valorar los productos, más allá de incluirlos en nuestra cocina, lo que nos compromete a investigar y descubrir más, porque nosotros tenemos una tierra bendita".
Fuente: AFP
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