Apenas una hora después de que el avión de American Airlines impactara contra la torre norte, un hombre saltaba al vacío. Otro hombre, un fotógrafo de AP llamado Richard Drew, capturaba el momento en una fotografía que daría la vuelta al mundo y sería objeto de debate, polémica pero sobre todo, de escalofrío.
El avión se había estrellado entre las plantas 93 y 99 atrapando sin salida a todos los que se encontraban en los pisos superiores. Muchos decidieron saltar. Las imágenes que la televisión mostraba resultaban terroríficas, apenas una mota de polvo cayendo entre el humo y el fuego. Hombres, mujeres, gente que cualquiera podía reconocer como uno más de nosotros tomando una decisión final ante la ausencia de esperanza. Al menos doscientas personas saltaron aquel día desde las torres.
En una escena estremecedora del documental 9/11, filmado por los hermanos Jules and Gedeon Naudet, se ve a los bomberos llegar al lobby de la torre norte cargados con sus equipos de rescate. En ese momento se oye un golpe, después otro. Alguien pregunta por el origen del ruido. Alguien constesta que eran los que están saltando desde la torre.
La fotografía de Richard Drew conmocionó a todos los que la vieron en una de las innumerables portadas en las que fue publicada el día 12. Identificar a esa persona desesperada cuyos restos nunca serían encontrados podría ayudar, quizá, a traer un poco de consuelo o de dignidad a alguien que murió de manera tan pública y a la vez tan anónima.
La versión menos discutida es la de que la persona en la foto era Jonathan Briley, un hombre de 43 años que trabajaba en el restaurante que se encontraba en la última planta del World Trade Center y que fue identificado por su familia y por el propio chef, ausente aquel día.
El avión se había estrellado entre las plantas 93 y 99 atrapando sin salida a todos los que se encontraban en los pisos superiores. Muchos decidieron saltar. Las imágenes que la televisión mostraba resultaban terroríficas, apenas una mota de polvo cayendo entre el humo y el fuego. Hombres, mujeres, gente que cualquiera podía reconocer como uno más de nosotros tomando una decisión final ante la ausencia de esperanza. Al menos doscientas personas saltaron aquel día desde las torres.
En una escena estremecedora del documental 9/11, filmado por los hermanos Jules and Gedeon Naudet, se ve a los bomberos llegar al lobby de la torre norte cargados con sus equipos de rescate. En ese momento se oye un golpe, después otro. Alguien pregunta por el origen del ruido. Alguien constesta que eran los que están saltando desde la torre.
La fotografía de Richard Drew conmocionó a todos los que la vieron en una de las innumerables portadas en las que fue publicada el día 12. Identificar a esa persona desesperada cuyos restos nunca serían encontrados podría ayudar, quizá, a traer un poco de consuelo o de dignidad a alguien que murió de manera tan pública y a la vez tan anónima.
La versión menos discutida es la de que la persona en la foto era Jonathan Briley, un hombre de 43 años que trabajaba en el restaurante que se encontraba en la última planta del World Trade Center y que fue identificado por su familia y por el propio chef, ausente aquel día.
Fuente:Yahoo
No hay comentarios:
Publicar un comentario