El 6% de la población brasileña reside en estos asentamientos, según datos oficiales. La Rocinha, en Río de Janeiro, es la más grande del país con 70.000 habitantes registrados. El objetivo del Gobierno es "pacificarlas".
El Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística dio a conocer las
últimas encuestas del censo brasileño, que muestran cuál es todavía la cuenta pendiente del modelo económico del país.
Unas 20 regiones metropolitanas concentran el 89% de
los domicilios en favelas. La falta de recolección de basura y de
cloacas es el principal problema registrado.
Unos 11,4 millones de habitantes fueron censados en las favelas contra un total de 190 millones que tiene Brasil. El IBGE calificó de "aglomerados subnormales" a estos asentamientos.
En total, el censo contabilizó 6.329 favelas, con 3,2 millones de domicilios distribuidos en 322 municipios.
La región norte del país es donde más proporción de la población vive en asentamientos. En segundo lugar, figura el sudeste.
Debido a la gran concentración de pobreza y delicuencia en las
favelas, el Gobierno nacional continúa con su campaña para urbanizarlas.
Primero se focalizó en correr a los narcotraficantes de ellas.
Ahora el objetivo es pacificarlas, que los servicios
esenciales lleguen y con el paso del tiempo, el alza del valor del
metro cuadrado transforme las favelas con el desembarco de otro tipo de
habitantes.
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